Este libro llegó a mi vida cuando yo tenía unos 20 años, durante mi etapa universitaria. Por aquel entonces ya sentía una gran curiosidad por los temas espirituales y un amigo debió de prestármelo o regalármelo y me imagino que en aquel momento no debió de resultarme muy comprensible ya que lo dejé marcado sin terminar.
Durante casi 20 años este libro ha estado en mi estantería sin llamar especialmente mi atención, ha permanecido a mi lado, dormido, aguardando como un tesoro. Habré hecho más de 5 mudanzas con él, más de dos limpiezas profundas de estanterías y aun sin haber sido leído, seguía a mi lado.
Resulta que, a principios de este año, guiada por un impulso de lectura y sin tener otra cosa a mano, me acordé de la estantería y me acerqué a ella. Vi este libro como lo había visto muchísimas veces durante estos años, pero esta vez sí atrajo mi atención.
Fue para mí una gran sorpresa cuando empecé a leerlo y no podía parar de interesarme profundamente por cada idea que al leer iluminaba mi comprensión.
No puedo compartir exactamente cuál es la mayor sabiduría que ha despertado en mi esta lectura, puesto que ha sido una de esas que te aportan tantas cosas que, al terminar, no sabes concretamente las que has adquirido, pero sí sabes que el aporte ha sido grandísimo. Sí destacaría la claridad que me ha proporcionado con respecto al concepto del ego y el interesantísimo concepto del “cuerpo-dolor” como entidad acumulada en nosotros durante nuestra vida y que vive a base de atraer energías negativas.
Al terminar su lectura, tenía ese sentimiento de querer conservar este libro a mi lado para siempre y releerlo muchas veces y, curiosamente, lo he perdido.
Ahora tengo dos fantasías preciosas con respecto a su desaparición. La primera es que este libro verdaderamente tiene el poder oculto de estar donde y cuando tiene que estar y me imagino que durante el viaje en que terminé de leerlo lo dejé olvidado en el lugar perfecto, en el que la siguiente persona con la que tiene que estar lo encontrará.
La segunda fantasía es que lo he guardado tan bien, que algún día volveré a encontrarme con él, quizás cuando vuelva a ser el momento de releerlo.
Si te apetece contarnos como llegó a tu vida un libro concreto y en qué sentido te ha marcado profundamente, no dudes en escribirme y lo publicamos.
